Durante varios momentos dentro de cada una de nuestras vidas, nos enfrentamos a eventos o circunstancias que nos dan la oportunidad de buscar la sanidad interior. Hasta que seamos llamados por el Señor y nos encontremos con Jesús en el cielo, estaremos expuestos al dolor y los desafíos inevitables de este mundo. Si bien el dolor y las mentiras que podemos haber experimentado pueden dejar cicatrices espirituales en nuestras almas, tendemos a encontrar actividades, hábitos y comportamientos para cubrir o ignorar estas cicatrices a lo largo de nuestra edad adulta. Sin embargo, debido a la pandemia, el confinamiento y el impacto en la salud mental que el aislamiento ha tenido sobre nosotros, hemos comenzado a darnos cuenta que los eventos que rodearon este último año han actuado como un catalizador, exponiendo las luchas espirituales que habían permanecido inactivas hasta ahora. Por ejemplo, un individuo que lucha contra la autoestima y la adicción al desempeño puede haber podido satisfacer ese vacío en la oficina o en el campo de juego; o tal vez una persona afligida por la falta de amor y aceptación dentro de sus vidas pudo haber encontrado un consuelo temporal debido a la imposibilidad de tener citas. Sin embargo, debido a una interrupción tan drástica de nuestros horarios, pasatiempos y salidas normales, muchos de nosotros nos enfrentamos repentinamente a la confusión de nuestras heridas espirituales que ya no podíamos ignorar o encubrir.
Quizás esta pueda ser en parte la razón por la que el mundo está experimentando una crisis de salud mental, y quizás también sea por eso por lo que la búsqueda de la sanidad interior se ha convertido en un tema frecuente del ministerio en los últimos meses. Recientemente, pude leer más sobre este concepto de sanidad interior, tal como lo presentó el Dr. Terry Wardle en su libro Healing Care, Healing Prayer, un excelente recurso para cualquier Pastor o consejero que brinde atención a nivel individual. Pero ¿qué pasaría si, en cambio, exploramos el trabajo del Dr. Wardle a través de la lente del ministerio de grupos pequeños de una iglesia?
La sanación desde adentro
Wardle explica en su libro que para experimentar la sanidad interior de las heridas que están enterradas profundamente en nuestras vidas, primero debemos identificar las mentiras y distorsiones que el enemigo ha utilizado para distraernos. Pero para identificar estas mentiras y distorsiones, primero debemos resolver los trastornos emocionales que surgen al enfrentar los comportamientos disfuncionales causados por el evento dramático que dio lugar a la perturbación original. Por ejemplo, propongamos una situación hipotética en la que un hombre que forma parte de un pequeño grupo comparte que su esposa le ha dejado (la situación de vida perturbadora). A medida que el grupo discute en profundidad el asunto serio, se descubre que una de las razones por las que ella lo había dejado se debió a las acaloradas discusiones diarias que inevitablemente lo llevarían a infligir abuso verbal a su esposa (comportamiento disfuncional). A partir de aquí, el hombre comienza a arrepentirse en su corazón y a aprender de sus compañeros del grupo sobre el papel que Dios lo llamó a defender como esposo y cómo tal comportamiento es pecaminoso (trastorno emocional). A medida que el grupo explora el asunto más a fondo, el hombre explica que, dado que se suponía que el esposo era el líder de la casa, él siempre había asumido que no había necesidad de transigir, ya que presumiblemente tenía derecho a tomar las decisiones en todas las áreas del hogar (mentiras y distorsiones). Finalmente, en el momento más profundo del viaje, el hombre descubre que las mentiras que ha creído durante tanto tiempo probablemente estén relacionadas con el trauma que experimentó cuando era niño, al presenciar cómo su padre abusaba severamente de su madre.
El grupo como apoyo, no como médico
Dentro del contexto de un grupo pequeño, uno de los elementos más cruciales para hacer a una persona abrirse a los demás en su viaje de sanación interior, es la capacidad del grupo para ofrecer un nivel de gracia y apoyo amoroso y digno de confianza. Este escenario hipotético no se llevaría a cabo sin la oración o sin la participación del Espíritu Santo, y es casi seguro que no sucedería dentro de la duración de una reunión de un grupo pequeño. De hecho, no hay garantía de que todas las etapas antes mencionadas puedan completarse dentro del entorno del grupo pequeño. Sin embargo, lo que es importante tener en cuenta es que cuanto mayor sea la calidad del amor y el apoyo que el grupo pueda ofrecer a la persona que sufre, mayores serán las posibilidades de que el grupo pueda caminar junto a la persona a lo largo del viaje de sanidad interior.
La necesidad de ser comprensivo
Aún así, debemos seguir siendo prácticos. Aunque sería ideal creer que todas estas estructuras de sanidad interior funcionarían tan bien como este escenario hipotético, también debemos adaptarnos al ritmo al que el individuo realmente responde a los impulsos del Espíritu Santo. Quizás el hombre solo podría ofrecer el nivel superficial de detalles sobre su esposa que lo dejó antes de tomar la decisión de buscar atención profesional. O tal vez el grupo pueda ayudarlo a atravesar algunos de los trastornos emocionales relacionados con el arrepentimiento antes de que termine buscando atención adicional de su pastor o un consejero. Independientemente, lo que es importante enfatizar aquí es una reiteración de lo mencionado en el artículo anterior: que los grupos pequeños no están destinados a ser un reemplazo de la consejería, y tampoco se podría prometer que los grupos pequeños pueden ser tan efectivos o más efectivos que la atención profesional. En cambio, lo que los miembros del grupo pueden esforzarse por hacer es ser un compañero de apoyo para el individuo que está siguiendo el viaje de la sanidad interior.
De hecho, las heridas profundas toman tiempo para desenredarse, y una persona que atraviesa la experiencia de la sanidad interior a menudo descubre que las complejidades de cada uno de estos pasos se superponen entre sí y que deben despegarse lentamente para identificar los próximos pasos. Algunas personas son más introspectivas en su estilo cuando reflexionan sobre asuntos serios del corazón, mientras que otras necesitan procesar sus pensamientos a través de la interacción con los demás. Sin embargo, indistintamente de cuál sea el estilo, se requiere que el grupo pequeño se una en oración por la sanidad interior de este individuo mientras continúa apoyándolo con un amor “fileo” que defiende y ejemplifica la amistad, compañerismo y apertura.
❖ Autor: Sean Buono
Sean vive para enseñar para el Reino de Dios. Actualmente se desempeña como Director de Life Group en Community Christian Church en Sterling Heights, Michigan, y anteriormente se desempeñó en otras funciones del ministerio, incluyendo líder de grupos pequeños, líder de ministerio de hombres, ministro de jóvenes y pastor de jóvenes. Él no solo cree que la transformación ocurre a través del contexto de las relaciones, sino también que los grupos pequeños son el ambiente perfecto para tal crecimiento. Una de las formas en que ayuda a equipar a otros líderes del ministerio es a través de sus publicaciones, que se pueden encontrar en www.seanbuono.com.